viernes, 15 de junio de 2012

De como empezaron algunas cosas IV

   El tiempo de las deliberaciones se iba agotando, y era hora de accionar concretamente o archivar el proyecto. Cuando uno planifica, por mas cuidado que ponga en los detalles, siempre hay que hacer la puesta en práctica que es donde aparecen todos los detalles pensados y estudiados, pero de otra forma. El "derecho de piso" que no es otra cosa que confrontar la teoría con la práctica.
   Ese "sacar al campo" los ensayos experimentales y probarlos en escala comercial, a nivel de chacarero para ver si la cosa funciona.

   Para ello hay que disponer de una superficie razonable, y sacarla del circuito productivo ya establecido y probado para "ver que pasa", corriendo el riesgo de la pérdida si la cosa sale mal. Todos nos mirabamos de reojo a ver quien se animaba, hasta que Carlos (el Gallego) Martinez acercó una propuesta. Él ponia 20 hectáreas para el arranque, y los demás corriamos con los gastos de semilla, herbicida y labores hasta la cosecha. Cuando sacamos las cuentas vimos que era factible. Decidimos que post cosecha, la producción se dividiria en partes iguales entre todos los participantes del grupo, para que cada uno con su parte decidiera que hacer. El que quisiera seguir sembrando, ya tendría la semilla y la experiencia adquirida viendo el desarrollo del cultivo.

   Así empezamos esa primavera del '84 con la primera siembra de soja en los pagos Mayoleros. Ojo; no habia transgénicos, se sembraban variedades. Nosotros elegimos la Mitchell del Grupo 4 que venía demostrando en los ensayos de la CHEI Barrow ser la mas apta. Había que hacer Trifluralina de presiembra y arreglarse. Lo mas que se podía hacer era una escardillada liviana para limpiar el entresurco y esperar. Obvio que inocular, ya que uno de los objetivos (sino el principal en ese momento) era como ya dijimos incorporar nitrógeno.

    Cada vez que Carlos iba a hacer algo en el lote, avisaba y allá  íbamos a ver de que se trataba y cual era la forma mejor de hacerlo. Era una forma de pensamiento colectivo y aprendizaje.

    Ahi fue donde apareció Puglie, el Cordobés y sus muchachos con su experiencia a dar sus consejos sobre el terreno. Ahi fue donde aprendimos que la soja en realidad es un yuyo, pero no en sentido despectivo, sino por su extraordinaria resistencia a las adversidades climáticas. Una vez que la planta tiene sus cuatro hojas verdaderas aguanta granizo, sequia o lo que se cruce. Rebrota, suspende la floración, y la reanuda despues de la lluvia, en fin...

    Hasta que llegamos a la cosecha, y ahi reparamos en un detalle. No había plataformas sojeras... Los flexi eran una curiosidad que veíamos en las revistas especializadas. Para la época de la cosecha no quedaba en la zona ninguna máquina del norte, que sí los tenían, y no se iban a hacer 1000Km para cosechar 20 has. Omar (Jovito Barrera) Piloni consiguió una curiosidad; una plataforma sojera de cinco surcos, que habían sido populares diez años atras en el norte, pero que ya eran totalmente obsoletas (creo que nacieron obsoletas) y que Dios sabrá como habia llegado a nuestros pagos. Omar tenía una Gema 70 (las amarillas) y le colgó la sojerita y encaró como zorrino al tren...

   Pero eso se lo cuento otro dia; prometo que no va a pasar tanto tiempo.


   Antonio (el Mayolero)